viernes, 24 de marzo de 2017

¿Y esto qué PINGA es? / JRP


No pudo haber mejor espacio para Osikán Plataforma Escénica Experimental que el desvencijado —en etapa REconstructivaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa— Cine Martí. El sitio se ajustó de manera increíble al discurso de BAQUESTRIBOIS, concebida a partir de una “investigación antropológica social y artística sobre la prostitución masculina gay en Cuba”, con dirección de José Ramón Hernández.
El maltrecho lunetario del Cine casi repleto, luz tenue, acostados encima del escenario Alaín Cantillo Moreno, César Milagros García y David Izaguirre León, desnudos completamente. Sobre su cabeza, bolsas plásticas blancas, cada una plantea frases o vocablos del argot gay:
¿Qué haces?, Activo, No me la meto, No beso, Pinguero, Hago de todo, Flexible, Puto, Hombre a todas, Bicho, Depende, ¿De qué?, Chamaco, Completo, En la luchita, ¿Cuánto pagas?, Pasivo, ¿Cuánto cobras?, Punto, Dando una vuelta, ¿Y tú?... También pudieran estar: La puntica nada más, Es la primera vez que hago esto, Esto queda entre tú y yo, Me mide 19 cm, ¿Cómo es la cosa? ¿A dónde vamos? En fin…el mar… o la Playa del Chivo o La Potajera en La Habana, o el Estadio en Holguín.
La pantalla se convierte en un personaje más. En ella en buen modo está el sentir de estos profesionales del sexo. La obra pudo haber tomado el camino de la prostitución en su forma más común. Dos personas, una paga y otra vende su sexo, puede haber hasta un acto amoroso, delicado, sin embargo el dramaturgo prefirió la más endemoniada violencia.
Comienza el gran performance, más que obra teatral. El tono violento va in-crescendo. Mientras uno está en su mundo como si nada sucediera alrededor, los otros dos se retan con el cuerpo, se abofetean, forcejean, la banda sonora también es violenta, lo es la infografía en la pantalla. El clima es perfecto. Todo es abigarrado. ¿Representará esta sordidez la esencia de la prostitución gay?.
Declaraciones de prostitutos y de los que reciben el servicio sexual. Autoagresión física. El cuerpo va reflejando las marcas de la violencia. Se mezclan la violencia con lo escatológico. El platanito como símbolo fálico entra en escena, uno de ellos come, le embuten, uno, dos, tres cuatro platanitos a la vez, arquea, parece que va vomitar, el público en un silencio total, estremecido igual que yo supongo.
Entra un abogado a escena, recita los acápites recogidos en la Constitución de la República de Cuba que se relacionan con la prostitución. Habla de género, conducta social, delito, pena. Fragmentos de un documental expone a través del testimonio de dos travestís, lo complejo de la vida cuando se asume de esta manera, sobre todo de lo hostil que se torna en el ambiente familiar.
La violencia de la escena de los platanitos se queda pequeña ante la de las gravillas, al fin y al cabo, las piedras que les arroja la propia vida a estas personas. Uno de los ¿personajes? implicados, —para calificarlos mejor—, se auto-agrede con las piedras. También caen encima de los otros y hasta en el público.
Irrumpe del público un transformista vestido de hombre. Cuenta su historia con su voz de mujer. Canta, la aplauden. Es un aporte más al performance. El implicado que parecía que nada pasaba a su alrededor, ya con las uñas pintadas de negro se dispone a hacer merengue con una batidora de mano. Los otros dos lo filman y proyectan en la pantalla del cine Martí… yo que guardo como un tesoro las películas que vi en esa propia pantalla… ahora veo a uno de los implicados haciendo merengue entre sus piernas.
Acaba, se cubre la región púbica y las tetillas, simula la Venus. Un punto de giro, se alegran y se embarran de merengue, no falta la violencia. Los cuerpos magullados, sucios… ¿qué falta por ver? Para el final el vino. Prefiero relacionarlo con la significación del vino en la religión católica. Es la sangre de Cristo, todo lo limpia y lo deja puro. Los implicados se lo derraman encima y limpian sus cuerpos.
Todo oscuro. No se ve nada, enciendo la luz de mi celular, al fin la luz del cine se enciende. Me paro de mi luneta, frente a mí, mi amigo Juan Pablo Carreras, solo atino a decirle… ¿y esto qué pinga es? Voy camino a la salida. Fuera del cine la gente comenta sus impresiones. Yo solo sé que acabo de asistir a una puesta en escena muy bien diseñada. Nada sucede porque sí, todo está muy bien pensado. Está la prostitución gay pero indiscutiblemente va mucho más allá, es cualquier tipo de prostitución, es también la Cuba contemporánea, es el mundo contemporáneo.
En materia de arte 2 + 2 no es 4. La violencia de este mundo que también forma parte de nuestra sociedad, acaba de ser representada genuinamente en este performance. Me asalta la duda:¿teatro o artes plásticas o ambos?. Cada quien hace sus lecturas, esta es la mía. ¿Disfrutaste la puesta? Sí, aunque no me gusta la violencia. ¿Te inquietó? Sí. ¿Lograron lo que se proponían? Sí. ¿Los actores no dijeron una sola palabra, la entendiste? Completamente, no hacía falta una sola palabra. ¿Es válida entonces? Sí. ¿Volverías a ver otra propuesta de este grupo? Sí, no me la perdería./ Foto: Carlos Rafael