miércoles, 30 de octubre de 2013
Raúl: Una gente con swing / JRP.
Indiscutiblemente Raúl Paz es una gente con swing… si por swing entendemos, un “tipo” genial, un artista muy inteligente, jaranero, sencillo, lo que se diría una gente chévere. Antes de pasar al pollo del arroz con pollo, es decir las respuestas de cada pregunta debo decir que esta entrevista tuvo varios intentos: al primero, llegué en el momento menos indicado, un problema de hospedaje en la cabeza… por suerte resuelto minutos después; el segundo, al acabar el concierto, cuando después de salir feliz del teatro supuestamente con 18 minutos de grabación, la técnica me jugaba una mala pasada —la Olimpus WS-802 solo grabó 17 segundos—, pero como no soy de los que se da por vencido fácilmente, me fui a la Casa de Iberoamérica, allí lo encontré, le dije “No me lo vas a creer…la entrevista no se grabó”...no me dejó seguir hablando, la respuesta fue: “Espérame dos minutos y nos vamos para algún lugar y allí la volvemos a hacer”. Minutos después ya estábamos en un acogedor “paladar” y acompañando la amena conversación con un exquisito plato me dijo, “empezamos”.
¿Cómo fueron tus inicios en la música?
Fue muy temprano y prácticamente de manera autodidacta porque mi familia no quería que yo estudiara en escuelas de arte, yo creo que pensaban que yo iba a ser otra “cosa” (risas). Nací en Pinar del Río, era un niño muy despierto, travieso como casi todos los muchachos, sin embargo la escuela me calmaba, realmente me la tomaba muy en serio, sacaba muy buenas notas, pero aquel deseo de ser artista no desapareció y tomé clases de violín y guitarra. Después mis padres hicieron un cálculo mal, entre la vocacional de arte y la de ciencias exactas, hicieron hasta lo imposible para que me decidiera por la segunda y así fue, sin imaginar ellos que al llegar al IPVCE Federico Engels, hacían una especie de pruebas para ver en lo que uno tenía talento, el deporte, la pintura, la música, inmediatamente me captaron para la cultura y creo que fue allí donde me hice artista de verdad. A los 17 años lo decidí con entera responsabilidad, me fui a estudiar al ISA, cinco años después me gradué en música clásica, de ahí me gané una beca y me fui al Conservatorio Schola Canturum de parís a estudiar música impresionista con mi música clásica con un tonito guajiro por algún lugar.
Tus canciones son como una foto, están llenas de momentos que han marcado tu vida.
Si yo no hubiera sido músico, hubiera sido pintor, creo que nadie como un pintor es capaz de sintetizar tanto la vida y es lo que justamente trato de hacer con mis canciones, algo así como narraciones, historietas, quizás sea porque soy un fanático de la lectura, García Márquez, Cortazar, Carpentier. Me gusta que la gente piense con mis canciones, abrir la puerta, decir cosas entre líneas, me encanta la idea del juglar que va de pueblo en pueblo cantando y contando, y creo que eso es lo que soy y en lo que me convertí, alguien que va por el mundo con sus canciones inspiradas en mis alegrías, tristezas, triunfos.
¿Qué crees de la música que se hace hoy en Cuba?
Cuba sigue siendo una potencia musical y esta noche lo pudimos comprobar en el concierto, los muchachos holguineros que tocaron el piano y cantaron, Rosalia, Arlet y Yazel, estudiantes del Conservatorio de Música José María Ochoa, son muy jóvenes, nos vieron por la calle, nos dijeron, queremos tocar con usted, y yo encantadísimo, prácticamente en dos horas se aprendieron todo y lo tocaron muy bien. Es decir, esa potencia está, hay músicos, pero hay que revisar la estrategia musical porque estamos como detenidos en el tiempo. Voy a decir algo por lo que tal vez me apedreen, yo creo que el reguetón es la única música que realmente ha evolucionado en este país en los últimos diez años, empezó siendo un desastre pero poco a poco compositores e intérpretes se fueron superando casi sin apoyo y le han ido poniendo un nivel más internacional y es realmente de las pocas músicas cubanas contemporáneas que ha ido evolucionando por lo menos en esta última década. Yo por naturaleza veo el futuro en nuestra música de manera positiva, ahora hay un fenómeno interesante de ciertos artistas que empiezan a lograr una unión entre públicos que estaban muy distantes, el llamado culto y el popular, va subiendo una generación que está tratando de remediar eso y entre ellos modestamente me encuentro y eso me hace muy feliz.
¿Qué es para ti la revolución en el más amplio sentido de la palabra?
Yo quería hacer una canción sobre eso y no encontraba solución entonces busqué en un diccionario y encontré que revolución es el movimiento de los astros alrededor de un eje y que nunca para y esa definición me gustó mucho, que sea un proceso que no se pare y que logre ir más allá, que logre encontrar nuevas facetas. El revolucionario es alguien que debe tener una libertad muy grande para auto criticarse, de volver a empezar una y otra vez cuando haga falta, pero para mí simboliza cambio, reestructuración, pero sobre todo no pararse.
¿Y Cuba…?
Cuba soy yo, es mi identidad, un país complejo…cuál no lo es… pero de aquí soy y aquí estoy y estaré, y tengo una complicidad con el público cubano que no la puedo tener con ningún otro por muy bien que hable otro idioma, entonces este es mi lugar de confidencias, de complicidad y hay aquí un gran símbolo, su gente, en cualquier lugar del mundo de lo que más se habla de Cuba es de su gente, y que lindo que un país sea reconocido por su gente.
¿Proyectos, sueños…?
Creo que todos los días me levanto con un nuevo sueño en la cabeza, pero ahora entre los más cercanos están terminar un disco para diciembre, cubano 100 por ciento, hacer la música de una telenovela cubana que se está filmando ahora mismo, La otra esquina, prevista a salir en abril del 2014, y también hacer una gira internacional grande que incluye la visita a Europa, Asia, América Latina, y del Norte la que ya se está vendiendo a raíz del nuevo disco, pienso además hacer unos video clips y por qué no regresar a Holguín.
¿Cómo te sentiste en lo que fue tu primer concierto en Holguín?
Súper feliz. Hace mucho tiempo queríamos venir a Holguín a compartir con ustedes, y fue verdaderamente lindo venir a celebrar el cumpleaños 20 de la Casa de Iberoamérica y a abrir la Fiesta Iberoamericana. Fue emocionante ver al público cantando, de pie y bailando. Mucha gente me decía, los holguineros no se paran a no ser que les guste lo que están viendo y yo creo que hubo un química especial, así lo sentí, yo la pasé muy bien y creo que el público también disfrutó de lo que hicimos, la vibra era muy buena y estoy ya comprometido con volver y presentarles el disco nuevo. Me gustaría hacer un concierto en una plaza más grande donde no se quede nadie fuera, reencontrarme con los buenos amigos muchos que conocía y otros que acabo de hacer, creo que será muy lindo regresar a esta ciudad de gente con swing.
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